Como todos los años, cuando ponen por las calles el alumbrado navideño, llega el fuerte viento sur para probar la resistencia de sus anclajes en farolas y fachadas. Es entonces cuando la bahía se asemeja a un puchero de agua hirviente, que hace bastante dificil la navegación con pequeñas embarcaciones. Ayer sábado tuvimos rachas de 40 nudos por la mañana y pudimos ver algunas imágenes como las siguientes.
Sin embargo, el sábado pasado los vientos eran suaves, y la bahía presentaba un aspecto mucho más calmado
