El 2 de enero de 2.012, el Bénéteau First 40.7 Liquid Vortex tenía prevista su salida desde su puerto base en Shamrock Quay (Southampton) con destino a Londres para visitar el Salón Náutico de esa ciudad. A las 9 de la mañana el patrón de la embarcación C.S. recibe a bordo a los que van a ser sus tripulantes, seis personas que han pagado unos 250 euros cada uno por vivir esta experiencia. El plan incluye entrar en Brighton y Ramsgate para pasar las sucesivas noches.
La previsión del tiempo es bastante mala con W y SW fuerza 5 a 7 subiendo a fuerza 8 o 9 en el transcurso del día. El patrón no le da más importancia y a las 15 horas salen del puerto (punto A del mapa). Navegan rápidamente (por encima de 6 nudos) con la vela de proa solamente y cuando han pasado unas 5-6 horas (punto B en el mapa) el patrón decide saltarse la parada de Brighton porque según su opinión, el viento no pasa de fuerza 5-7 y pueden continuar sin problemas. Para tranquilizar a la tripulación, les dice que en caso de que las condiciones varíen, pueden entrar en Eastbourne si las cosas se ponen muy mal.
A eso de las 10 de la noche, las condiciones meteorológicas son muy malas como había anunciado el parte y la gran mayoría de los tripulantes presentan severos cuadros de mareo. A eso de la medianoche ya han pasado a la altura de Eastbourne (punto C del mapa) donde tampoco entran a puerto.
El infierno continúa para los tripulantes que están hechos polvo en sus literas mientras el barco sigue su camino. El único tripulante que no está mareado acumula más de 6 horas seguidas a la rueda del timón y como no tiene relevo debe seguir en el mismo puesto. Sobre las 5 de la mañana del día 3 (posición D en el mapa), C.S. llama a los guardacostas para indicarles que están navegando en muy
malas condiciones meteorológicas y que además están empeorando, pero que de momento están bien y que tiene preparada la balsa salvavidas por si fuera necesario. Comienzan a correr el temporal a palo seco cuando una ola golpea la popa del barco aplastando al pobre timonel contra la rueda y produciéndole fractura de costillas y heridas en la mandíbula. Los tripulantes piensan que van a morir. El patrón realiza la llamada de emergencia pidiendo auxilio y en las horas siguientes una lancha salvavidas acude a su encuentro y un helicóptero de rescate iza a todos los tripulantes a bordo y los lleva al hospital. La lancha remolca al velero (ver el siguiente vídeo) hasta Ramsgate (punto E del mapa) donde entran sobre las 8 de la mañana.
Afortunadamente no murió nadie, pero el desenlace podría haber sido muy distinto. ¿Debieran haber desistido de la travesía? ¿Debieron entrar en Brighton o en Eastbourne? ¿Sobrevaloró el patrón sus habilidades? ¿Qué habría hecho usted? Por favor, deje sus comentarios.
yo hubiese entrado en Eastbourne.
Quizá hubiera sido lo mejor, Brighton se pone fatal para entrar con mal tiempo
Otro Schettino que no hace caso de las normas ni del parte meteorológico, ni de nada…